Aprendizaje

Consideramos el aprendizaje como un proceso inherente a la vida, el impulso vital para ser en el mundo, la expresión de nuestra naturaleza biológica, cultural, social y espiritual. Teniendo en cuenta que el aprendizaje ocurre orgánicamente a través del juego, la imitación, la exploración, la repetición, los errores, la autonomía, entre otros, elegimos propiciar un contexto cuidado, preparado y estimulante, en donde los vínculos auténticos y las relaciones con el entorno natural permitan el despliegue amplio y libre de la curiosidad de cada uno de los niños y las niñas de la comunidad. 

El aprendizaje es el proceso por el cual se desarrollan todas las habilidades y posibilidades de lo que ya se es; es decir, es la capacidad de interactuar con el contexto y la posibilidad de adquirir las formas para desplegar la información que trae la semilla para su completa expresión vital. De esta manera, reconocemos las múltiples y complejas dimensiones del ser, las diversas necesidades de cada individuo, su historia, contexto y deseos para facilitar un campo amplio de rutas de aprendizaje, teniendo en cuenta los intereses emergentes, la dinámica de las motivaciones, las posibilidades de aprendizaje autónomo y autodirigido a través de la investigación, la riqueza de la experimentación y la exploración para el cultivo de la curiosidad y la confianza en el descubrimiento, los diversos intereses, habilidades y caminos de desarrollo, los procesos de autoobservación y autoconocimiento, la autenticidad del proceso de cada individuo, la pertinencia de la información y la experiencia que se ofrece, y sobre todo, la capacidad de aprender a aprender.   

Así, la autonomía, la voluntad, la motivación, la expresión auténtica, la escucha activa, la presencia, la confianza y el vínculo con el entorno y la comunidad, son cualidades que se cultivan, se transforman, desarrollan y acompañan en el día a día, desde una perspectiva sostenible, orgánica y mutable, buscando que, poco a poco, contando con el apoyo de la comunidad y a partir del proceso de autoconocimiento de cada individuo, cada niño y cada niña se relacionen con sus deseos e intereses de manera autodidacta.

La función de los acompañantes es, desde la observación y la presencia activa del vínculo, diseñar, facilitar, contener y acompañar, junto a cada niño, niña y familia, caminos o rutas de conexión que ofrecen diversas posibilidades para descubrir el mundo a partir de sus propias búsquedas.

A partir de lo anterior, creamos una metodología viva y en constante actualización que involucra el juego, el arte y la naturaleza en una estructura y ritmo diaria, semanal, semestral y anual, flexible y disponible al servicio de los niños y las niñas, valorando el aprendizaje para la vida.