Crianza

Acompañamos el proceso de desarrollo de los niños y las niñas, eligiendo como principio el cuidado de la semilla como la plena expresión y ampliación de sus capacidades individuales en relación con su contexto y potencial individual. Para ello decidimos cubrir las necesidades básicas, ofrecer herramientas, información y experiencias para vivir en el territorio y la comunidad, facilitar un ambiente que permita su expresión amplia y propiciar los caminos que alimenten su curiosidad de aprendizaje.

La crianza implica el aprendizaje de la comunidad y de los adultos que la sostienen, para propiciar procesos de autoobservación, autorreflexión y actualización de los diferentes paradigmas que sustentan las relaciones entre sus integrantes. Este ejercicio de autoaprendizaje permite el movimiento orgánico de la comunidad en función de las necesidades que emergen y el principio de cuidado de la semilla.  

Cuidar, alimentar y acompañar el desarrollo y la expresión de cada uno de los individuos que hacen parte de la comunidad es un proceso de cocreación comunitaria, en donde los vínculos son el vehículo para que el amor, la empatía y el reconocimiento de cada individualidad y su diversidad, permitan la construcción viva y dinámica de las relaciones, sostenidas por acuerdos claros que cuiden el bienestar integral de los niños y las niñas, sus familias y acompañantes.  

La crianza en comunidad reconoce el diálogo entre las prácticas de cada familia y las que en consenso acuerdan para acompañar a los niños y las niñas, de esta manera, la comunidad cultiva su sabiduría colectiva, tejiendo los saberes de cada núcleo en pro del bienestar de la semilla.